Viviendo Toráh
Lección 11
Explicando el dominio del pecado y el poder de
Yahshua
(Ley o gracia o es lo mismo)
Nos encontramos nuevamente con una
exhortación de Shaul/Pablo acerca de la ley del pecado y del poder de la gracia
de Yahshua, pero ambas cosas estas basadas o mejor dicho tienen su fundamento
en la Toráh de Yahweh. Jamás olviden sin Toráh no existiría la gracia, es la Toráh
de Yahweh que provee Gracia en la persona de Yahshua. La poderosa función de la
Toráh primordialmente es revelar el pecado, descubrirlo y restaurarlo,
perdonándolo o bien penalizándolo. Es la Toráh que ayuda al hombre de pecado a
definir sus acciones y este pueda comprender que cosa es pecado y que no lo es.
(Romaníyím 3:20). Así que por obras legales nadie se
justificará delante de él; pues la función de la Torah es definir el pecado.
(Romaníyím 4:15). Porque la ley produce reprobación;
mientras que si no es por ley, no se toma en cuenta la transgresión.
La razones del porque hay una Torah, un
salvador, es porque hay pecado y perdición, si nada de esto existiera no habría
ni pecado, ni un salvador, obvio. En este capítulo Shaul se expone así mismo
como ejemplo de lo que vive todo hombre y mujer sujeto al dominio del pecado y
como el dominio de Yahshua y su gracia los limpia y los replantea esta vez bajo
su dominio en vida nueva y pura, aun con el asedio constante del pecado, que
esta vez sí podemos vencer, pues por la gracia de Yahshua podemos obedecer
Toráh. Nuestra debilidad se vuelve fuerza a través de la obediencia, allí está
el efecto transformador, mientras más obediencia, más cambio, más pureza, más
vida nueva.
Romaníyím (Romanos) 7:15 No me explico mi
conducta: pues no practico lo que quiero, sino que lo que aborrezco, eso es lo
que hago. (Shaul no se explica porque en vez de hacer el bien que desea hacer,
hace lo malo que no desea. La confusión que vive todo hombre y mujer en la
tierra y que tiene temor ante Abba y que sufre por pecar igualmente).
Romaníyím (Romanos) 7:16 Ahora, si lo que
no quiero hacer es lo que hago, estoy de acuerdo en que la ley es buena. (Shaul
reconoce que peca, pero también reconoce que la Toráh es buena y necesaria.
Todo el mundo creyente piensa así, la palabra de Yahweh es buena).
Romaníyím (Romanos) 7:17 Pero Entonces ya
no soy yo el que actúa así, sino el pecado que mora en mí. 7:18 Yo sé que en
mí, es decir, en mi naturaleza carnal, el bien no es permanente. Porque hay en
mí el deseo de hacer el bien, pero no alcanzo a realizarlo. 7:19 No hago el
bien que quiero hacer; en cambio, el mal que no quiero hacer, eso es lo que
hago. 7:20 Ahora, si lo que no quiero hacer es lo que hago, ya no soy yo quien
actúa así sino el pecado que mora en mí. 7:21 Así que cuando quiero hacer el bien me
encuentro con la realidad de que el mal está presente en mí. (Shaul reconoce
que su naturaleza de pecado, le impide dejar de pecar y hacer el bien).
Romaníyím (Romanos) 7:22 En mi ser
interior, me deleito en la Torah de YAHWEH; 7:23 pero en mi cuerpo percibo un
principio diferente que combate contra la inclinación de mi mente y que me hace
prisionero de ese principio de pecado que hay en mi cuerpo. (Shaul reconoce la
Toráh de Yahweh y la celebra, pero es débil y peca igualmente).
Romaníyím (Romanos) 7:24-25 Desgraciado de mí ¿Quién me librará de esta
realidad que me lleva a la muerte? 7:25 Gracias a Elohé que cuento con Yahshua
el Mashíaj, nuestro Maestro Así que yo mismo con la mente le sirvo a la Torah
de YAHWEH; aunque mi cuerpo esté sujeto al principio del pecado. (Shaul se
lamenta de lo pobre y desdichado que es al vivir preso del pecado y no poder
dejar de pecar, pero al mismo tiempo da gracias a Yahweh por Yahshua Hamashiaj
quien lo libra del pecado lavándolo en su sangre y aunque sigue sujeto al poder
del pecado, por Yahshua Hamashiaj puede obedecer la Torah mediante la gracia de
Yahshua).
Romaníyím (Romanos) 8:1 Así que no hay
ahora ninguna condenación para los que están en el Mashíaj Yahshua, 8:2 porque
el régimen del Ruaj de vida en el Mashíaj Yahshua te ha librado del régimen de
la práctica pecado y de la muerte. (Por la gracia de Yahshua, por el poder del
Ruaj de Yahweh prometido, ahora vivimos sujetos a la obediencia a Yahshua y
podemos obedecer Toráh y ser libres del pecado que nos asedia).
Qorintiyim Bet (2 corintios) 10:3 Pues aunque
somos humanos, no batallamos según lo humano; 10:4 porque las armas de nuestra
batalla no son humanas, sino que tienen poder divino para demoler fortalezas.
10:5 Derribamos los argumentos y toda altivez que se levanta contra el
conocimiento de Yahweh; y ponemos todo pensamiento en cautiverio a la
obediencia del Mashíaj Yahshua (convencimiento de pecado por el Ruaj de Yahweh).
El pecado que moraba en nosotros, nos
hacía débiles y frente a la Toráh éramos culpables y por causa de aquello la
ira de Yahweh en su Toráh se hacía manifiesta, ella nos acusaba todo el tiempo
de pecado, pues su función es revelar el pecado, pero ahora por la gracia de
Yahshua podemos hacerle frente mediante la obediencia y esta vez la Toráh no
nos acusara, no nos castigara, esta vez la Toráh será nuestra mayor fuente de
vida siendo siempre la gracia de Yahshua la sostenedora de nuestros corazones
para poder obedecerla. Shalom Alejem.
Lean los siguientes mensajes:
Torah la gracia
que nos bendice
Jimmy Zubarzo
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